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Hipertensión Arterial Sistémica

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Hipertensión Arterial Sistémica

El Asesino Silencioso...
La hipertensión arterial representa un problema de salud en nuestra sociedad, afectando hasta 1/4 de la población mayor de 50 años. Según la Organización Mundial de la Salud una presión arterial subóptima es responsable del 62% de la enfermedad cerebrovascular y del 49% de la enfermedad isquémica del corazón.
En la medida de la presión arterial se obtienen dos cifras:
  • • La presión sistólica o máxima que se produce cuando el corazón expulsa sangre a las arterias.
  • • La presión diastólica o mínima que es la que se registra cuando el corazón se relaja antes del siguiente latido.
La presión arterial no tiene un valor constante, varía a lo largo del día. Se considera hipertensión arterial cuando los niveles de presión sistólica y diastólica alcanzan o superan los 140/90 mmHg.
Son factores de riesgo demostrados, tanto el aumento de la presión arterial sistólica, como el aumento de la diastólica. Cuanto más altas sean las cifras mayor es el riesgo no solo para la aparición de la enfermedad coronaria sino para accidentes circulatorios de otros órganos como cerebro, retina, riñón o extremidades inferiores.
El aumento de la presión arterial raramente produce síntomas, por lo tanto la toma periódica de la presión arterial es la única forma de detectar la enfermedad.
El riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular aumenta cuando la hipertensión arterial coexiste con otros factores de riesgo, fundamentalmente el hábito de fumar o la diabetes.
Aumentan la presión arterial:
  • • El consumo excesivo de sal, el sobrepeso o la obesidad, el consumo de alcohol, el hábito de fumar, el estrés y algunos fármacos.
Ayudan a controlar la hipertensión:
  • • Disminuir o eliminar la ingesta de sal y productos que la contengan (conservas, embutidos, aguas minerales, alimentos pre-cocinados, seguir una dieta baja en grasas, reducir el consumo de alcohol (sólo una copa de vino al día) y café (máximo dos al día), no fumar, practicar técnicas de relajación, el ejercicio físico.
El control de la hipertensión puede requerir, además de las medidas dietéticas, tratamiento farmacológico. En el 98% de los casos este tratamiento durará toda la vida, aunque puede variar la dosis y el tipo de medicamento en el transcurso del tiempo.
El automonitoreo de la presión arterial en los pacientes hipertensos constituye la clave para el éxito del tratamiento. Se recomiendan los equipos electrónicos siempre y cuando utilicen brazalete.
Es el tiempo de prevenir! sigue las recomendaciones del médico y controla tu presión arterial.
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